Vivimos en ciudades y somos bichos citadinos. No nos entendemos sin ese caos del cual nos vamos a quejar todos los días, de las multitudes en el transporte público, del tiempo que podemos perder yendo de aquí hasta allá. A veces nos dejamos seducir por la idea de que, algún día, nos iremos de la ciudad y nos iremos a un lugar tranquilo, dónde podamos descansar del ruido y de la contaminación pero al mismo tiempo sabemos que eso durará unos días y después vuelve la ansiedad por nuestro caos urbano.
Hace unos años pensamos en una idea y la construimos entre varios: queríamos hablar de las ciudades, nuestras ciudades, nuestra relación con esos espacios, queríamos hablar de lo que se vive, lo que se hace, lo que se come, lo que se escribe, las ideas que se comparten, las maneras de vivir esos espacios. Por eso nació Postal Urbana. Fue un proyecto que disfrutamos y sufrimos y lo dejamos reposar un rato y ahora vuelve, con otro formato, con otra manera de mostrarse y compartirse. En estos meses hemos aprendido mucho de algunas cosas pero siempre con el amor y el odio y la maravilla y la frustración de nuestros queridos lugares que habitamos: nuestros hormigueros humanos.
Creemos que este es un proyecto que vale la pena, que tenemos cosas nuevas que decir y que en su momento dijimos y fotografiamos cosas importantes que queremos volver a mostrar. Este fue un proyecto que necesitó su tiempo y su espacio y que tuvo que mutar y guardar silencio al igual que las ciudades que a veces, casi imperceptiblemente, guardan silencios por un instante. Las ciudades tienen su memoria y que las cosas que sucedieron vuelven y están ahí. Las ciudades, visibles e invisibles, nos permiten reinventarnos: volvemos con Postal Urbana y queremos seguir hablando de lo que somos, de lo que construimos, de las ciudades que somos.
Bienvenidos de nuevo, gracias por esperar, gracias por venir de nuevo a visitarnos.
Laura ReBor & Mauricio Álvarez
Editores
Fotografía: Mauricio Álvarez
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