"Si tuviera tiempo, haría"... y después de esta frase tan trillada y cotidiana se nos ocurren un sinfín de actividades que nos gustaría realizar en los horarios en que nuestra rutina y/o jornada laboral nos absorben por completo en la rapidez de las grandes ciudades.
Lo cierto es, que cuando tenemos ese tiempo, a veces nuestro ánimo y disposición es inferior a nuestro deseo de nadar, tomar clases de baile, aprender un idioma, salir a caminar o simplemente dormir un par de horas más.
Joaquín Sabines decía que “no hay que llorar la muerte, es mejor celebrar la vida”, y tiene toda la razón. Vivimos anhelando aquello que no tenemos que desperdiciamos horas, días, incluso años, y cuando nos damos cuenta de eso, se ha agotado nuestro tiempo. Ese que es tan relativo como la vida.
Una vida de soñadores que añoran hacer cosas distintas a las que están sucediendo en ese momento. Y cuando al fin el universo deja el camino libre para tener aquello que creíamos imposible, simplemente ya no sabemos cómo usar toda esa libertad.
Si nos sentimos aburridos, creemos que una nueva serie de televisión nos dará la solución y después de un par de capítulos, de nuevo sentimos esa insatisfacción y entonces, cambiamos de serie. De película o de playlist.
Y si estamos agotados, creemos que necesitamos dormir más. Pero no, no lo necesitamos. En realidad, es nuestra alma la que se ha cansado de ir buscando su propio concepto de felicidad. Es ella la que grita constantemente que necesitamos magia, aventura. Necesitamos consciencia, libertad, honestidad y fidelidad a nosotros mismos. Necesitamos despertar y vivir la vida con todo y lo que traiga consigo.
La vida está hecha de momentos. De simplezas. De pequeños detalles, de nubes, de frutas, de colores, de aromas, de cambios. De dolores, recuerdos y también de aprendizaje. Depende de nosotros qué tanto tiempo nos toma aprender a no dar por ordinaria la vida, como si se tratara de una agenda.
Libera tu mente y tu alma de todo aquello que te roba la tranquilidad y sigue adelante. Disfruta tu café, la canción, el calor. Respira. Si quieres gritar hazlo. ¡Estás vivo! Agradécelo. Agradecer también es permitirnos ser feliz. La vida es HOY.
Elizabeth Olea, texto y fotos
Twitter: @ely_funke
Locutora en Desenchufa2 (Relax 104.5 FM)
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