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Postal Urbana

Sobre mujer y violencia

Soy una mujer de los tantos millones de mujeres que hay en el mundo. Nací en Colombia, vivo en México hace casi 8 años y este año completaré 45 añitos de vida. Hoy puedo decir que me alegra ser mujer. En realidad no era esto lo que sentía hace algunos años cuando escuchaba cosas como: “¡¡¡si hubiera sido niño todo sería diferente!!!”, eso quiere decir que ¿todo sería al menos bueno? O simplemente, ¿¿¿mejor??? Cuando una es hija de un hombre machista enamorado de los hijos hombres -porque el apellido no se perderá- y convencido de que el mundo lo dominan ellos pues quizás sí… bueno, me pregunto si mi hermano mayor, a quien conocí cuando yo tenía unos veinte, de quien sé que fue llevado a un prostíbulo para iniciarse sexualmente en su adolescencia, pensará que fue una suerte ser el hijo varón de este hombre… Pienso en mi primera experiencia sexual y no pudo ser más bonita, con amor, con la persona elegida, con quien también descubrió su sexualidad a mi lado. No envidio ese inicio sexual del que pienso algunos son más víctimas que protagonistas, por ejemplo. Sí envidié muchas veces que no tuviera la oportunidad de abrir puertas de viajes y otras experiencias enriquecedoras por una simple razón: ¡ser mujer! Las mujeres no hacen esto, no estudian aquello, no van solas a tal o cual lugar, no se visten así, no son gordas, no discuten con el jefe: en conclusión, ¡¡¡hacen lo que se les ordena!!!

Ilustración: Mando Nava, Instagram: @controldemando


Si vas por la calle es normal escuchar gritos diciendo cosas como: ¡¡¡mamita rica!!!, ¡¡¡mamasita!!!... te tocan… te rozan… te manosean indiscriminadamente y quien lo ve no hace nada, quien lo hace disfruta abusando de ti. A mis cuarenta y tantos me sentía ya lejos de ese tipo de amenazas -estaban en el olvido realmente- que fueron muy frecuentes en mi adolescencia y en mi juventud pero no, hace algunos meses en un servicio de transporte público, de nuevo fui la ocasión de un desgraciado que muy feliz se refregó con mi cuerpo durante un rato en el que yo sólo me culpaba pensando en qué era lo que había hecho, ¿mi pantalón ajustado y mis curvas voluptuosas quizás eran la razón?… al bajar del bus me sentía sucia y triste, no dije nada, a nadie… sólo le di vueltas cientos de veces en mi cabeza. Días después me encontré al mismo infeliz en el mismo transporte pero esta vez lo encaré, sin palabras, con gestos, con la voluntad de mi cuerpo de no ser tocado por aquel a quien yo no elegí para ello y hasta hoy ¡¡¡no lo he vuelto a ver!!! Desgraciados como éste hay en todas partes y contrariamente a lo que siempre me viene a la mente de un depravado, un hombre de apariencia desagradable, desaliñado, de edad, sucio y feo, pues no: también los hay jóvenes, guapos y muy bien vestidos como el de mi última mala experiencia.


Se acerca el 8 de marzo y han ocurrido muchos feminicidios, muchas de nosotras han muerto, otras tantas han sido abusadas, niñas que comienzan a vivir son violadas a diario -también muchos niños- lo más sorprendente además de que esto sigue quedando en una larga lista que se tira al olvido día tras día, es justamente que buena parte de estos abusadores, asesinos, violadores, feminicidas no son unos desconocidos, por el contrario son hombres muy cercanos, los lazos de sangre no garantizan que estén en las mejores manos -lo digo porque también es una mala experiencia que conozco, la sufrí y he sabido de varias personas que como yo lo han vivido. Hoy decidí escribir sobre esto porque siento que viene un 8 de marzo diferente. He pasado varios meses leyendo sobre mujeres chingonas en el mundo, científicas, actrices, escritoras pero sobre todo luchadoras. Hoy valoro mucho más esta lucha que, lo que más me sorprende es que luego de cientos de años sigue siendo eso, ¡¡¡una lucha!!! Lucha por ser respetadas, vernos como iguales, ser reconocidas como parte relevante de la historia de la humanidad… ser tratadas como seres humanos con iguales derechos y deberes.


Hoy me siento orgullosa de ser mujer, de haber sido criada por mujeres, de tener mujeres maravillosas a mi lado y como ejemplo de lucha diaria, y de estar enamorada de una mujer… y por si las dudas: no soy lesbiana porque esté decepcionada de los hombres. De hecho han habido hombres maravillosos en mi vida, lo que según las definiciones me hace bisexual.


Simplemente las mujeres somos maravillosas y merecemos ser respetadas, amadas y cuidadas.


Por esto y muchas razones más, yo también seré una de las tantas mujeres que asistirá a la marcha del domingo en la Ciudad de México el próximo 8 de marzo y que participará en el paro del 9 de marzo de 2020 porque Mujeres + Mujeres #UnDiaSinNosotras.



Geonoma, 1975

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